Esta vez dejamos las hamburguesas de lado para centrarnos en algo tan nuestro como el "pepito" de toda la vida. Y es que este nuevo restaurante situado en pleno centro de Barcelona, revoluciona al clásico bocadillo elevándolo a cocina de autor. El secreto de Pepito se basa en un especial cuidado por la materia prima, donde los platos están elaborados con productos de proximidad.
En la carta del restaurante podrás encontrar como entrantes el “Pica Pepito”, tapas tradicionales elaboradas y presentadas de una manera diferente y original. Los “Pepitos Gourmets”, te sorprenderán por su arriesgada apuesta de sabores (no dejes de probar el pepito Dupont: foie, pimientos de padrón y setas de temporada). Las carnes a la leña, las hamburguesas y los sabrosos tartares completan una carta de esas que te hacen chuparte los dedos y querer repetir, pero hay que guardar un poco de hambre para probar sus postres caseros, dulces clásicos con un toque muy actual.
Pero si hay algo en este local que sorprende es su decoración; la mezcla de lo retro, lo clásico y lo industrial sorprendiendo con las vigas de hierro forjando originales de principios del siglo XX, un archivero recuperado de una antigua mercería madrileña, espejos procedentes de una casa modernista, papel pintado procedente de Londres, antiguas lámparas recuperadas de un hotel de Santander y un gran sofá chester de un anticuario de París.
En la carta del restaurante podrás encontrar como entrantes el “Pica Pepito”, tapas tradicionales elaboradas y presentadas de una manera diferente y original. Los “Pepitos Gourmets”, te sorprenderán por su arriesgada apuesta de sabores (no dejes de probar el pepito Dupont: foie, pimientos de padrón y setas de temporada). Las carnes a la leña, las hamburguesas y los sabrosos tartares completan una carta de esas que te hacen chuparte los dedos y querer repetir, pero hay que guardar un poco de hambre para probar sus postres caseros, dulces clásicos con un toque muy actual.
Pero si hay algo en este local que sorprende es su decoración; la mezcla de lo retro, lo clásico y lo industrial sorprendiendo con las vigas de hierro forjando originales de principios del siglo XX, un archivero recuperado de una antigua mercería madrileña, espejos procedentes de una casa modernista, papel pintado procedente de Londres, antiguas lámparas recuperadas de un hotel de Santander y un gran sofá chester de un anticuario de París.
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